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Aínsa
Aínsa es la población más importante de la Comarca de Sobrarbe. Una joya medieval declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1965.
Se encuentra en la comarca de Sobrarbe, que se corresponde con el antiguo Reino o Condado del mismo, nombre surgido hace más de un milenio al norte de la provincia de Huesca.
Situada estratégicamente en la confluencia de los ríos Cinca y Ara, sobre un alto a 589 m. de altitud, desde dónde se domina todo el entorno. En un lugar privilegiado, entre el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara y el Parque Natural Posets-Maladeta, Aínsa es la encrucijada más importante de vías de comunicación de este sector pirenaico.
Destaca su plaza Mayor (s. XII y XII), de las más bellas de España. Los soportarles a ambos lados rodeando la plaza evidencia su vocación secular como lugar de ferias y mercados. También la iglesia románica de Santa María, edificada entre los s.XI y XII. Sus calles empedradas, simples, desnudas y hermosas, merecen un relajado paseo.
En el castillo, con torre del s.XI y ciudadela del s.XVI, se encuentran los museos del Geoparque y el Eco Museo de la Fauna Pirenaica.
Ya a las afueras del pueblo, encontramos el monumento de la Cruz Cubierta, templete levantado en el lugar donde se originó el milagro de la cruz sobre la carrasca. Cuenta la leyenda, que en los albores de la reconquista las tropas cristianas de Garcí Ximénez vencieron al ejército musulmán gracias a la aparición de una cruz de fuego sobre la carrasca. El pueblo ainsetano, rememora cada dos años esta gesta con la representación popular de La Morisma.
Hoy en día, Aínsa sigue siendo el centro comercial y de servicios de la zona, desarrollada en su parte nueva en torno al cruce de carreteras.
Toda la información sobre Ainsa en: http://www.villadeainsa.com/
La Comarca de Sobrarbe, mucho más que MTB en el corazón del Pirineo
Montañas infinitas… un inmenso cielo azul… bajo el sol, el Paraíso. ¡Sobrarbe por fín!
Sobrarbe es una joya envuelta entre montañas. Cuando abras el regalo que te traemos, descubrirás, sin duda alguna, que tiene mil y una facetas, a cual más bonita.
En el fondo de la caja están nuestros ríos. Si miras atentamente, podrás ver una navata bajar el Cinca y te maravillarás con la belleza natural del río Ara, último río virgen del Pirineo.
A las orillas de los ríos, te enamorarán nuestros pueblos. Algunos con un encanto arquitectónico inigualable (Torla, Fiscal, Boltaña, Aínsa, Bielsa, Lecina, Gistain…) y otros, testigos mudos de un duro pasado, no tan lejano… pueblos abandonados pero no olvidados: Escucha a Jánovas, Morcat y al valle de la Solana.
Por encima de los ríos, escarpadas laderas. Desde el cielo, sobre imponentes vistas, el quebrantahuesos de Revilla con su majestuoso vuelo, observa plácidamente el pasado megalítico de Tella. En las laderas, a modo de pinceladas, flores por doquier: orejas de oso, coronas de rey… allí abajo, en el cañón de Añisclo, una grasilla acaba de atrapar a un insecto para alimentarse. ¿La has visto? Y Si esperas un poco más verás como, entre los pinos, un manto de robellones salpica el monte…
Ya en lo más alto, las cimas más codiciadas del Pirineo vigilan, silenciosas, su pequeño tesoro: al oeste las hermanas petrificadas Treserols, al Norte los Astazous se asoman desde el Balcón de Pineta, al este Bachimala se mira en la Basa de la Mora y al Sur, como no, la Peña Montañesa, guardiana del bajo Sobrarbe.
